A la hora de conocer a alguien, la parte de conectar con esa persona puede ser desde la más fácil, hasta la más difícil. Conectar con las visitas, con las personas que llegan por primera vez a la iglesia, o incluso conectar con miembros de la casa, es una de las cosas más importantes en nuestra iglesia local. ¿Por qué? Porque sin una conexión, no es posible establecer una relación con la persona.
“Conectar es el comienzo de una buena relación de amistad y el comienzo de un buen discipulado.”
Ahora bien, la gran pregunta que nos podemos hacer es, ¿cómo logramos conectar? La realidad es que no hay una forma específica de hacer clic con una persona. Como iglesia, estos puntos nos funcionan:
Ser uno mismo - Cuando nos acercamos a alguien debemos intentar mostrarnos lo más transparente posible. Tratar de mostrar quiénes somos, no intentando imitar a nadie. El momento de conectar no es el momento de ser “cool” ni de aparentar algo o alguien que realmente no eres.
Mostrar interés en la persona - Muchas personas necesitan ser escuchadas, por esto buscamos que el mayor enfoque sea esa persona. Preguntamos acerca de cosas que le guste hacer, sobre su vida, etc. Pero, no preguntamos por preguntar sino para conocer más a la visita, para que vea que hay un interés genuino por ella.
Buscar cosas en común - Es importante encontrar cosas en común para encontrar un tema de conversación. Estos pueden ser pasatiempos, gustos, opiniones en común o lugares de interés para dar pie a coordinar una salida juntos y así mantener una buena relación.
Aunque conectar sea un obstáculo para muchos que intentan acercase a visitas o miembros de la casa, el hacer clic con esa visita acerca la persona cada vez más a Jesús. Es sumamente importante esa primera conexión si buscamos dejar una buena primera impresión y que las personas se sientan cómodas en la nueva familia en Cristo de la cual ahora forman parte.