Liderando personas creativas

Las personas creativas juegan un papel vital en la iglesia. Música, canto, baile, luces, decoración, artes gráficas, fotografía, entre otros, son todas funciones que manifiestan el esplendor de un Dios creativo en el cuerpo de Cristo. Liderar personas creativas es un arte de por sí. Las personas creativas son generalmente curiosasinnovadoras sentimentales. Cuando son guiadas de manera correcta traen vitalidad a la iglesia. Fallar en hacerlo puede producir resultados que laceren su vida, el ministerio y el Cuerpo.

Es nuestra responsabilidad como líderes proveerles un espacio seguro que promueva el desarrollo de su creatividad y que la misma sea maximizada de manera saludable. Esto lo llamaremos “el espacio creativo.”

Un espacio creativo

Tomemos el ejemplo de una banda musical. El líder de la banda se encarga de unir a los músicos y escoge la canción, el tono y el tiempo. Una vez definidos estos parámetros, la banda comienza a tocar en armonía; cada miembro manifestando su talento musical en su instrumento. Si alguno de estos decide tocar alguna otra canción, mientras el resto continúa en la canción establecida, ya no existe armonía. Esta armonía es la visión que emana del corazón de nuestros pastores. El líder debe estar atento al sonido que Dios quiere emitir a través del corazón de sus pastores, desarrollando un espacio creativo en el cual se armonice la visión.

Las personas altamente creativas tienen la capacidad de estremecer la iglesia con sus grandes ideas y talentos. Generalmente no les agrada ser dirigidos, pues en ocasiones pueden confundir la supervisión como algo que limita su creatividad. Es nuestro deber como líderes encaminarlos a que descubran su potencial. Pueden haber momentos de riesgo en el proceso creativo, por lo que debe ser estratégicamente supervisado.

El espacio creativo es un lugar de ambiente participativo, donde la creatividad es estimulada de manera saludable.

En Marcos 6, vemos a Jesús que envía sus discípulos al lago en una barca, mientras Él los miraba de lejos desde una montaña. Cuando vio que sus discípulos remaban en contra del viento, se allegó a ellos. Es necesario que como líderes supervisemos a las personas creativas desde la montaña mientras proveemos un espacio creativo. Si no prestamos atención, podemos regresar y encontrarnos con un becerro de oro. El becerro de oro es la creatividad manifestada sin supervisión, esto es cuando la destreza sobrepasa el carácter.

¿Carácter o Destreza?

Esta es una pregunta que muchos líderes creativos se hacen. La exposición a una persona con mucho talento, pero con falta de carácter, puede resultar en una gran tragedia. Este fue uno de los problemas que Pablo atendió en la iglesia de Corinto. De la misma manera, una persona con carácter maduro, pero sin la destreza, no está capacitada para la función. Al pasar del tiempo hemos descubierto que hay un tercer elemento que puede ser vital en el balance del carácter y el talento. Este elemento es basado en cuán moldeable es la persona. Una persona moldeable, con talento y falta de carácter, puede ser discipulada para que su carácter sea desarrollado. Por otro lado, una persona moldeable, de carácter probado y con poca destreza (debe tener algún nivel de destreza) puede tener la disciplina de refinar su talento mediante el aprendizaje y la práctica.

Cultivar no competir

Las personas creativas muchas veces tienen mejores ideas que sus líderes. Pueden encontrar áreas con necesidad de mejora con facilidad y a menudo sugieren nuevas maneras de hacer el trabajo. Es necesario que el líder reconozca esto y no permita que sus inseguridades limiten el flujo de ideas dentro del equipo. Su función en el equipo es servir, cultivando el talento de los integrantes del grupo. El líder nunca debe sentirse en competencia con ninguno de sus miembros. Por otro lado, es necesario que el líder establezca límites sobre la manera en que las personas creativas puedan experimentar verdadera libertad. Los límites son las paredes del espacio creativo. Son los estándares del ministerio. Dentro de los mismos, florecerán los dones que Dios ha depositado en cada una de las personas creativas.

En fin, las personas creativas deben trabajar en un lugar donde puedan ser inspiradas.

La inspiración proviene del Espíritu Santo, por lo que el líder debe siempre promover el fluir del Espíritu. De esta manera, funcionando como facilitador de un ambiente basado en la Palabra de Dios, donde las personas creativas puedan poner en práctica sus talentos en verdadera libertad.