La importancia de la intercesión

Según la Real Academia Española, intercesión se define como la acción y efecto de interceder. Por otro lado, la palabra interceder es definida como “mediar por otro”. Ahora, hágase esta pregunta: cuando oro, ¿estoy orando por aquellos que tengo bajo mi cargo o mi oración está enfocada únicamente en mi liderazgo y crecimiento? Ambas formas de oración están bien, pero cuando se trata de la intercesión, su enfoque cambia.

En el momento en que nosotros formamos parte del liderazgo de nuestra iglesia local, nuestra actitud debe ser de servicio absoluto hacia el perdido. Una de las cosas esenciales para la vida espiritual de un líder es la intercesión tantos por vidas perdidas que aún no tienes a tu cargo, como por personas que tienes bajo tu manto de líder. A través de la intercesión, mas allá de cuidar a las personas con consejos, apoyo y la Palabra de Dios, las está cuidando en el ámbito espiritual.

A través de la intercesión, logramos derribar la frontera entre lo humano y lo sobrenatural.

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Efesios 6:12 (RVR 1960)

Juntamente con el Padre nos ponemos en en lugar de esas vidas. Mediante la intercesión, nos volvemos más sensibles por aquellas vidas que aún no conocen a Dios, declaramos bendición sobre ellas y nos preocupamos genuinamente por ellos y su propósito.

El hecho de que podamos interceder por las personas y batallar con el Padre en lo espiritual es sumamente poderoso. Es un privilegio que Dios nos da de venir delante de su presencia y pedir por otro, asumir su posición y sentir lo que ellos sienten. Nos ponemos en la brecha para pedir por su bendición, trastocar lo espiritual y cuidar de ellos mas allá de nuestra presencia física. Trastocamos lo espiritual con poder y autoridad dada por Dios.

“Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.” Mateo 16:19 (RVR1960)

“De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Mateo 18:18 (RVR1960)

Como antes mencionado, la intercesión nos ayuda a ser más susceptibles hacia la necesidad de los que nos rodean; esto nos convierte en una especie de pastor espiritual.

Nuestro corazón se sensibiliza y nuestra manera de pensar cambia, de una egocéntrica a una mentalidad que toma en cuenta los demás. Se vuelve como la del Padre: una sensible a la necesidad y el dolor de la personas.

Nuestros ojos espirituales se activan y nuestro corazón se hace más receptivo a la voz de Dios.

“Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.” Ezequiel 11:19–20

Lo más importante de la intercesión es lo real que Dios se hace sentir cuando oras, Su presencia se hace más palpable. A través de la intercesión, conoces cómo Dios se mueve, cómo Dios habla y cómo Dios piensa. La intercesión te ayuda a estar en comunión con el Padre y te ayuda en tu relación con Él.

Al interceder, tu corazón sensibiliza en cada aspecto. Dejas caer el “yo” y das de tu pasión a Dios para ponerte en la brecha y orar por el perdido para que conozca al Rey que te ha rescatado.